Desvaríos de la amiga de un idiota…

Diego es mi mejor amigo hace unos meses, y a estas alturas no entiendo porqué lo es.
Siempre menciona que es muy idiota, y yo termino por creer que lo es, cuando lo reitera varias veces al día. La verdad es que gente idiota es lo menos que quiero conocer, y como lo dije antes, no lo digo yo, lo dice él. Lo otro es que él no es la clase de persona que yo elegiría como amigo precisamente, pero por alguna razón siempre lo presento como amigo mío.
Suele esperarme después de clases para acompañarme a la biblioteca o al paradero, y si él tarda soy yo quien lo espera, un acto inconsciente. Mientras caminamos conversamos de todo un poco o simplemente no lo hacemos, pero el silencio no es incómodo entre nosotros.
Hay veces que mis días no son del todo buenos y es inevitable que me sienta mal, y es ahí cuando le confieso mis temores y debilidades, mostrándome como un libro abierto, algo que tampoco entiendo cuando estoy con él.
Diego sabe que lo menos que quiero es un consuelo o un consejo, pero sabe que hay algo que puede hacer por mí y es escucharme, con eso es más que suficiente.
Cuando los días no son buenos para él, estoy ahí para darle ánimos y escucharlo, pero admito que a  veces me duelen los oídos de escucharlo contar los mismos problemas de siempre, que hasta me los sé de memoria, añadiendo al final lo idiota que es claro.
Detesto cuando se llena la boca hablando  trivialidades que no me interesan en lo mínimo, y muchas veces suenan estúpidas por no decir mucho, pero lo que más detesto es cuando río de ellas.
Finalmente sigo sin entender porqué somos amigos.




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