El defecto mariposa


El tiempo no se detiene como quisiera, y por desgracia pensar en él se ha vuelto una práctica muy constante.

Su imagen me distrae fácilmente y sus gestos me corrompen entrelazando un nido de innumerables pensamientos. Me fascina, pero sé que aún no perdí la razón y espero no perderla. Pienso que la peor forma de abandonarse es de esa manera y por supuesto el mundo no dejará de girar si él me ignora.

Y si de sueños y esperanzas se avivan las emociones, lo mío es contemplar mi vida pasar, con la molestia de vomitar mariposas, ver las agujas del reloj marcar, y la terrible idea de no volverlo a ver.

No hay comentarios: