Hoy fué un día singular, emociones mezcladas. Lo primero es mencionar que desde febrero tengo la dicha de tener a Terry, mi precioso perro, que llegó a mis manos cuando apenas tenía un par de meses, después de estar prácticamente jorobando a mis padres con al idea de tener un perro en casa, lo cual fue posible gracias a mi padre y yendo en contra de la negativa de mi madre, quien decía no simpatizar mucho con los perros, pero que sin embargo es quien ahora adora y engríe a nuestro perro. En fin, estos últimos días al pequeño susodicho se le dio por plantarse en la puerta de la calle, trabajándonos al sentimiento para salir, asunto que no pudimos controlar porque se nos fue de la mano y hoy nos pegó un gran susto, desapareciendo toda la mañana. Me partió el alma ver a mi madre llorosa, preguntando y buscando por los alrededores de la casa, lo mismo conmigo que no dejaba de preguntarme si regresaría. Cuando el reloj dió cerca de las 12 nos animamos a salir juntas a buscarlo (no soportaba verla triste, algo teníamos que hacer) y por cosas de intuición, corazonada o lo que fuese llegamos a dar con Terry. No imaginé encontrarlo aproximadamente a 10 cuadras de mi casa. Corrí hacia él, que estaba acompañado por otros 2 perros, y él al verme no lo podía creer, al menos eso parecía, algo desorientado. Mi madre lo llamó y el pobre corrió inmediatamente hacia ella, echando sus orejas hacia atrás ¡cosa más tierna! y el alivio que pudimos sentir, luego de tener el corazón el las manos. Finalmente no pasó de un gran susto. UFFF
Por otro lado Mr Arrogance me quitó el poco aliento que tenía, apareciendo entre la gente de un momento a otro (risas).
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